Todas las habilidades se entrelazan y retroalimentan por dos razones: en primer lugar, porque el camino que favorece a una también favorece a las otras, pero en segundo lugar, porque ellas están en un ser humano integral, que actúa, siente y piensa, de manera articulada.
La literatura científica y los organismos internacionales han divulgado estudios en los cuales se ha llegado a la conclusión de que las habilidades del siglo 21 ayudan a los individuos a autorregularse, perseverar, adaptarse y empatizar; a mostrar más resiliencia y confianza en sí mismos, y a tener mayores expectativas para su futuro. La evidencia actual muestra que estas habilidades pueden ayudar al desarrollo socioemocional y al rendimiento académico y profesional. También se relacionan con el bienestar individual y colectivo a través de la salud, control de la violencia y otros efectos de la conducta (Berger & Frey 2015; Brookings, 2015; Case y Deaton, 2017; Chernyshenko et al., 2018; Azuara Herrera et al., 2015; Kankaras, 2017).
En el caso específico de la educación, la plataforma permite mejorar la permanencia escolar, los logros de aprendizaje y el crecimiento personal.
(Basado en: Banco Interamericano de Desarrollo. El poder del currículo para transformar la educación: Cómo los sistemas educativos incorporan las habilidades del siglo XXI para preparar a los estudiantes ante los desafíos actuales. Nota Técnica Nº IDB-TN-02516. División de Educación. Editores: Mercedes Mateo Diaz, JungKyu Rhys Lim. Julio 2022).