Está definida en la Ley 87 de 1993, como un componente del Sistema de Control Interno. Es la encargada de medir y evaluar la eficiencia, eficacia y economía de los controles existentes en las diferentes áreas de la Entidad, asesorando a la Alta Dirección en la continuidad del proceso administrativo, la revaluación de los planes establecidos y en la introducción de los correctivos necesarios para el cumplimiento de las metas previstas.
Asimismo, busca agregar valor a la gestión de la entidad y mejorar las operaciones de la misma, proporcionando a la Alta Dirección y a la entidad en general información real sobre el estado en que se encuentra la organización en un período determinado, con el propósito de reorientar oportunamente las estrategias y acciones hacia el cumplimiento de los objetivos institucionales formulados.