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Dianela la joven inventora de la máquina para cumplir sueños

06 Agosto 2024 | En: Noticias

Dianela la joven inventora de la máquina para cumplir sueños

Una máquina se hace con un conjunto de elementos que operan de manera coordinada para recibir una energía y transformarla en otra más útil para lograr un fin determinado.

 

Pero ¿se puede convertir un árbol en una máquina que permita ordenar la energía invisible del conocimiento que va por el aire? ¿atrapar esas ondas de la internet que casi nunca visitan las aldeas más pobres?

 

Hoy, en un rincón remoto de Antioquia, un árbol de aguacate se convierte en una máquina de sueños y se erige como símbolo de perseverancia y creatividad. En sus altas ramas, Dianela una estudiante de Administración de Empresas de la IU Digital de Antioquia, encontró la señal de internet que necesitaba para estudiar, la atrapó y la bajó hasta la humilde mesa que le sirve de comedor, de taller y de escritorio. Como Newton, Dianela también alcanza desde el árbol de su casa, su fruto deseado: el conocimiento y la educación.

 

En el Urabá Antioqueño, donde el murmullo del viento entre las hojas de plátano se confunde con el susurro de los sueños, se encuentra la vereda El Piñal, en el corregimiento San Nicolás del Río del municipio de San Juan de Urabá. Aquí, en medio de la belleza serena pero implacable de la naturaleza, una joven luchadora desafía los límites de la adversidad en busca de un futuro mejor.

 

Dianela soñaba con estudiar y ser profesional.

Desde muy joven, Dianela comprendió el valor del trabajo arduo. A sus 13 años, sus padres y cuatro hermanos decidieron viajar a Medellín en busca de un futuro mejor, pero no pudieron llevarla consigo. Entonces, sola, viviendo en casa de una tía, empezó a cuidar bebés. Para ella, no hubo juegos con muñecas; sus bebés eran reales. Más adelante, se aventuró en la venta de celulares, llegando incluso a vender cocadas para poder sostenerse.

 

A los 16 años, la vida de Dianela dio un giro inesperado al convertirse en madre muy joven. Su hijo, Julio César, que hoy tiene 6 años, se convirtió en su fuente de inspiración, y ella, con el caudal de sus ojos desbordado, no perdió su sueño de convertirse en profesional, aunque todo parecía desvanecerse para atender su naciente responsabilidad.

 

A pesar de no contar con un computador, Dianela se las arreglaba para revisar páginas web desde el celular que le prestaba su suegra, Juana María. En medio de la vida compartida con la familia de su novio, devotos cristianos, un día, en una desgarrada oración, Dianela le pidió a Dios una señal para cumplir su sueño de ser profesional.

 

Dianela estudiando desde el celular

Y parece que la respuesta fue por internet. Desde un teléfono celular se encontró con el sitio web de la Gobernación de Antioquia y descubrió una oportunidad única: becas disponibles para postularse a una carrera. Presentó toda la documentación requerida y esperó durante dos largos meses, con ansiedad y esperanza, la publicación de los resultados. La sorpresa y la emoción fueron indescriptibles cuando vio su nombre en segundo lugar en el listado de ganadores de la prestigiosa Beca Gilberto Echeverri Mejía.

 

Dianela aplicó a una beca en la IU Digital de Antioquia e inició sus estudios en Administración de Empresas. La IU Digital, con su modelo educativo de Digitalidad Próxima, le permitió estudiar desde el remoto lugar de su residencia. Este innovador modelo reconoce que la digitalidad y la tecnología son herramientas poderosas que pueden llegar a cualquier lugar, en cualquier momento y para diversas circunstancias personales, en múltiples entornos. La gran virtud de la tecnología es su capacidad para llegar a donde los medios tradicionales no pueden.

 

Los primeros semestres fueron una verdadera prueba de determinación para Dianela. Sin un computador propio, se vio obligada a realizar sus trabajos desde el celular prestado por su suegra. Esta situación, más que una dificultad, fue una paradoja tecnológica que la llevó a hacer sus trabajos a mano, tomarles una foto y luego subirlos a la plataforma de la Institución Universitaria. A pesar de estos obstáculos, sus profesores entendieron su situación y le permitieron seguir adelante de esta manera.

 

Sin embargo, el mayor desafío para Dianela no era la falta de recursos tecnológicos, sino la nula señal de internet en su vereda. En su hogar, rodeado de palmas de plátano, se erguía majestuoso un gran árbol de aguacates. Fue entonces cuando, con un ingenio sin límites, y un propósito enérgico, Dianela y su esposo idearon una solución única: ataron un tarro de plástico a la punta de una vara y colocaron el celular de su esposo dentro del tarro. Él se subía al árbol de aguacates con la vara, llegando hasta la copa del árbol para obtener la altura necesaria y captar un poco de la escasa señal. De esta manera, compartían datos desde este celular al de su suegra, permitiendo que Dianela pudiera descargar sus clases y estudiar con más tranquilidad.

 

El primer celular que utilizaron se quemó por el calor del sol del medio día, así que aprendieron a que las noches eran las mejores horas para captar la señal. Acababa de nacer la máquina de sueños de Dianela.

 

Al llegar al cuarto semestre y ver el esfuerzo y dedicación de Dianela, su suegra decide darle un impulso aún mayor. Confiando en ella, se convierte en su fiadora para comprar un computador portátil a plazos. Dianela, con determinación, utiliza parte de su subsidio de Jóvenes en Acción, un programa del Gobierno de Colombia que brinda apoyo a jóvenes en situación de pobreza y vulnerabilidad, ahora conocido como Renta Joven. Este paso significativo no solo le proporcionó una herramienta vital para cumplir sus sueños de ser Profesional, sino que también simbolizó el respaldo y la fe de su familia en su capacidad para salir adelante.

 

En el séptimo semestre, la vida de Dianela dio un giro inesperado y emocionante: su profesora, la Dra. Diana Patricia Guzmán Álvarez, la invitó a participar como investigadora en un proyecto revolucionario: “El agroecoturismo como modelo bioeconómico a través de la transferencia de conocimiento en los municipios de Dabeiba y Arboletes”.

Dianela estudiando desde el celular

 

Dianela, tomó esta oportunidad con mucha emoción como un nuevo reto.

Lo que hizo que este logro fuera aún más especial es que este plan se convirtió en el primer proyecto de investigación de la IU Digital de Antioquia en recibir el premio Orquídeas, Mujeres en la ciencia: Agentes para la paz, en una convocatoria de Minciencias y la Presidencia de la República. Esta distinción no solo destacó el talento y el compromiso de Dianela y su profesora, sino también el enfoque innovador y transformador de la IU Digital de Antioquia con su modelo de digitalidad próxima, siendo una institución educativa inclusiva, con un fuerte enfoque territorial y un profundo sentido humano.

 

Dianela en el mes de septiembre obtendrá el grado como Administradora de Empresas. En su municipio ya le dicen “profe”, y ha convencido a más de 15 personas de cambiar su destino y ahora son estudiantes de la IU Digital de Antioquia.

 

Este es un ejemplo inspirador para derribar barreras y cerrar brechas; su historia nos enseña que, incluso en los lugares más inesperados, los árboles del saber pueden florecer, llevándonos a nuevas alturas de logro y superación. 

 

La máquina de Dianela no se ha desactivado, sigue funcionando impulsada por una energía limpia: la energía del propósito.

 

Dianela estudiando desde el celular

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